jueves, 20 de septiembre de 2012

Confirman que llevar el trabajo a casa atenta contra la pareja

Las exigencias del día a día generan que las personas tiendan a trasladar los conflictos laborales al hogar. Estas situaciones interceden negativamente en las relaciones personales y generan conflictos indeseados, aseguran los especialistas



Tener presentes los intereses que realmente importan en la vida, ya sean el trabajo, la familia u otras actividades, es de suma importancia para poder hacer un balance, y así, decidir cuál es el que tiene mayor prioridad.

La clave está en buscar la forma de encontrar el equilibrio entre la vida personal y el trabajo. La familia siempre es lo más importante, es por ello que lograr la organización de las responsabilidades laborales es una excelente manera de que el tiempo en casa sólo sea para disfrutar y descansar.

Pablo Molouny, gerente general de Trabajando.com Argentina, plantea que “uno de los mayores problemas que ocurren en las familias y, con mayor frecuencia, con la pareja, es el hablar en exceso de la jornada laboral cuando se está en el hogar”.
“El estar continuamente contando los problemas del trabajo o estar pensando en ellos ocasiona problemas en el trato con nuestra pareja o con quienes queremos”, agregó.

Scott Schieman, de la Universidad de Toronto, afirmó que las personas con mayor educación y mejores ofertas laborales son aquellas que reportan mayores dificultades, al grado de afirmar que el trabajo interfiere en sus vidas personales.

Esto deja en evidencia que a mayor status, el nivel de estrés crece. Muchos desean las altas posiciones gerenciales, pero las mismas tienen sus costos negativos. Llevar el trabajo a casa es uno de los motivos por los que los cargos de mayor responsabilidad generan más estrés.

Diferentes investigadores de la Universidad de Maryland destacan cinco patrones comunes entre quienes suelen llevarse el trabajo a casa:

1) Quienes manejan un título universitario, dicen con más frecuencia que “el trabajo interfiere en su vida”, esto en comparación con quienes tienen un título secundario.

2) Algunas exigencias hacen que el trabajo interfiera más en la vida privada, como los conflictos interpersonales, la inseguridad laboral, los ambientes nocivos y las situaciones de mucha presión.

4) Ciertas condiciones también fomentan interferencias en la vida privada: tener un cargo alto, ocupar una posición que implica la toma de decisiones y tener un sueldo mayor.

5) Trabajar muchas horas (más de 50 por semana) también genera mayor interferencia en la vida privada.

Poder ver crecer a los hijos, compartir momentos con la pareja, disfrutar de salidas con amigos o salir de paseo son situaciones que el exceso de trabajo no paga ni devuelve de ninguna manera.

“Una buena práctica es separar la vida profesional de la personal. Hablar de lo que nos pasó en la jornada laboral es algo normal, pero el hacerlo en demasía puede aumentar los problemas”, finalizó Molouny.

dE: www.derf.com.ar

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