La escena se repite una y
mil veces al día dentro de cualquier centro comercial: una pareja va de
compras, la mujer entra a todas las tiendas, busca minuciosamente su objeto de
deseo entre las perchas; mira, descarta y revuelve hasta que el hombre
agota su paciencia y termina saliendo ofuscado pero llevando las
bolsas.
Sin embargo, un estudio
científico efectuado por la universidad de Michigan determinó que la
culpa no es de ellas, sino de sus genes. Daniel Kruger, investigador
de la Escuela de Salud Pública de esa institución, sostuvo que el
comportamiento tan distinto entre ambos sexos en un centro comercial puede
explicarse desde una perspectiva evolutiva. Millones de años atrás,
ellas se dedicaban a la recolección de frutos y ellos a la caza, distintas
estrategias de supervivencia que se ven reflejadas en la actualidad en
su modo de consumir.
Las mujeres llevaban consigo a sus crías para
recolectar frutos y seleccionaban sin apuro los que mejor
estaban para ser consumidos. Ello hizo que sean más observadoras a la
hora de elegir un producto, prestando atención a la calidad de su material,
al color y al precio, tal como refiere el estudio publicado por Journal of
Social, Evolutionary & Cultural Psychology. Si tienen niños, ellos
siempre serán sus compañeros inseparables dentro del shopping y pueden
tomarse todo un día para elegir las compras.
En tiempos de las cavernas, los
hombres se ocupaban de salir a cazar animales. Tenían que ser muy rápidos para no ser atacados por ellos y, una vez
que conseguían su presa, volvían de inmediato a sus cuevas. Este
comportamiento sería lo que determina su modo de desenvolverse en la actualidad a
la hora de ir a hacer una compra. Ya saben de antemano lo que van a buscar,
entran a la tienda, lo pagan y se van lo antes posible. Por lo general, ellos
no van en compañía de sus hijos tal como en tiempos ancestrales, ya
que llevarlos de caza podía demorarlos o entorpecer su cometido.
El antropólogo Guillermo
Echevarría Molloy sostuvo: “El hombre dividió el campo de las
realizaciones en públicas y domésticas, reservando las primeras para
ellos y las segundas para ellas".
En cuanto a la mujer y su relación con el objeto deseado respecto a su
textura y su color, el entrevistado sostuvo que la explicación es más
sencilla que las viejas configuraciones cazador- recolectora. "Obedece
a una política de mercado que nos puede explicar que ella es más detallista y
cuidadosa. La textura y el color forman parte de un ideal de
belleza del cual participan todos los humanos en forma simultánea: tanto
hombres y mujeres detentan esas actitudes y sólo es una cuestión de
matices".
En tal sentido, la psicoanalista Any Krieger sostuvo que las mujeres son tan observadoras como los hombres y que ellas se han masculinizado mientras que ellos se han feminizado. “Los varones también se fijan en todo, ahora tienen una variedad absoluta en su vestuario que ya no está integrado solo por el clásico traje de color gris. Además, la mujer gana su propio dinero y lo cuida porque sabe lo que cuesta producirlo. Al igual que ellos, ahora tampoco tienen tanto tiempo para ir de shopping”, expresó.
Krieger opinó que el planteo
quedo atrás porque el mercado oferta las mismas situaciones de consumo
para ambos sexos y los dos responden a esas ofertas. “Antes no había cremas de belleza ni tinturas para
hombres, ahora estamos en un mundo bastante
'unisex'. Ese tipo de disquisiciones las hemos superado”, destacó.
Para Diana Litvinoff, psicoanalista
y autora de “El sujeto escondido en la realidad virtual”, la diferencia entre
ambos sexos está en que cuando ellas van al shopping siempre terminan comprando
cosas para sí mismas, para sus hijos y para sus maridos.“Ellos solo van en
busca de objeto de interés, salvo
que tengan que regalar por un cumpleaños o un aniversario”, expresó.
La experta agregó que la
mujer está muy bombardeada con el consumo. “Cuando se va de viaje está
obligada a traer las la ropa mejor y más barata para su familia en vez de poder
relajarse y disfrutar de un paseo que no implique comprar. Parece ser un
mandato social”, indicó.
Litvinoff se refirió a uno de los
puntos débiles de las mujeres: su indecisión a la hora de elegir un producto: “Los
hombres son más prácticos, entran a un negocio, ven dos camisas y eligen una.
Ellas nunca se deciden: que el color, que la marca, que el talle,compran y
nunca están conformes”, destacó.
“Lo que cansa de las mujeres en
los shoppings –al igual que en el supermercado- es la indecisión. El
hombre no lo tolera y se va”, sostuvo la experta. En tal sentido, el
comentario que el lector de Infobae , Marcelo Brito, publicó en
ww.facebook.com/Infobae corrobora su opinión. “Un 23 o 24 de diciembre la
acompañé a comprar 1 jean. Se probó 11 y no le gusto ninguno”.
Pero para Adriana Guraieb,
psicoanalista, el hecho de tardar en elegir la ropa puede ser un
mensaje multicausal, ya que puede deberse a que es indecisa, insegura
y necesita de la aprobación de su acompañante. “También puede ser que mientras
esté eligiendo una prenda esté especulando con si su pareja puede llegar a
comprarle algo más, si es que depende económicamente de esa persona”,
destacó.
La especialista consultada por Infobae
América explicó que la mujer consume más productos que tienen que ver
con la belleza para agradar al hombre y competir con las otras. “Pero ellos, a través de los metrosexuales, han inaugurado de
manera ostentosa la coquetería masculina”, indicó.
Sin embargo, muchos de nuestros lectores se
mostraron en desacuerdo con la postura de los expertos consultados, que
sostuvieron que ambos sexos disfrutan por igual de hacer compras, tal
como lo expresó Debora Vanina Campuzano en
ww.facebook.com/InfobaeAmerica: ”Para la mujer son mimos, estamos
tratando siempre de estar preciosas!! Ellos huyen, porque: tardamos,
nos encanta probar, ellos esperan atrás del probador y les resulta
incómodo estar entre medio de tantas mujeres q van y vienen con ropa, algunas
vendedoras los sacan afuera para q las chicas se prueben tranquilas, y
encima nos tomarnos el tiempo para ver si nos queda bien de adelante, atrás, y q
por supuesto no nos engorde!! Q no tenga fallas, q el color nos combine con
otras cosas q tenemos, caminamos (algunas, para buscar precio) podemos ir y
venir a la misma tienda 5 VECES!! …”.
Aquí les dejamos una galería de fotos de hombres
esperando afuera de las tiendas.
dE: infobae
fotos: behance.net
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