Se trata de una mina de diamantes situada en la ciudad de Mirna (en Siberia), un cráter artificial que tiene 525 metros de profundidad y 1,25 kilómetros de diámetro. Está prohibido volar encima del agujero. Se han producido accidentes de helicópteros, debido a la enorme fuerza de succión hacia su interior.
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