viernes, 31 de agosto de 2012

Fumar disminuye el apetito y sí, adelgaza


Científicos demuestran que la nicotina activa el área del cerebro que controla el hambre, un hallazgo que puede abrir el camino a nuevas terapias para dejar el tabaco sin engordar
La creencia popular de que el tabaco ayuda a controlar el peso ya se sostiene sobre una sólida base científica. Un grupo de investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Yale ha descubierto que la nicotina consigue reducir el apetito al activar un determinado grupo de neuronas en el cerebro. El hallazgo, además de ayudar a explicar por qué los fumadores son, como promedio, más delgados que los que nunca se llevan un cigarro a la boca, puede tener un alcance inesperado. Aunque el tabaquismo es la principal causa de muerte evitable en los países desarrollados, los científicos plantean la posibilidad de desarrollar en el futuro tratamientos con nicotina para que los fumadores dejen el hábito sin miedo a engordar y, por añadidura, para ayudar a adelgazar a las personas con sobrepeso. El trabajo aparece publicado en la revista «Science».

Los investigadores probaban en ratones un posible fármaco con nicotina contra la depresión cuando descubrieron que los animales que recibían el medicamento comían menos que los que no lo habían consumido. Decidieron investigar por qué. El motivo es que la nicotina influye en un conjunto de circuitos del sistema nervioso central, una zona del hipotálamo que controla la motivación para comer y está relacionada con la obesidad en los seres humanos y en los animales. «El hipotálamo integra las señales procedentes de nuestro intestino y la grasa diciendo al cerebro que necesitamos comer o que, por el contrario, ya tenemos suficientes calorías», explica Mariella De Biasi, una de las investigadoras. Lo que realmente hace la nicotina en el cerebro, según el estudio, esactivar unos receptores específicos, que a su vez activan un pequeño conjunto de neuronas del hipotálamo, llamadas pro-opiomelanocortinas (POMC), lo que produce la disminución del apetito.

Cáncer, arrugas y otros males

«La identificación de este receptor es importante para la comprensión de los mecanismos relacionados con la adicción, el peso y el tabaquismo», afirma De Biasi. De momento, estos resultados se han comprobado en ratones, pero podrían abrir la puerta a la búsqueda de nuevas terapias contra la obesidad. «Desafortunadamente, fumar adelgaza», admite Marina Picciotto, autora principal del artículo. «Muchas personas dicen que no van a dejar de fumar porque van a aumentar de peso. En última instancia, nos gustaría ayudar a estas personas a mantener su peso cuando dejen el hábito y tal vez ayudar a los no fumadores que están luchando contra la obesidad», añade.
De Biasi subraya que elegir fumar para mantener la línea es extremadamente peligroso. Fumar contribuye a la aparición de enfermedades cardiovasculares, ciertos tipos de cáncer -incluyendo, por supuesto, el cáncer de pulmón-, trastornos de la reproducción y arrugas prematuras, solo por nombrar algunos males. Cualquier beneficio de la pérdida de peso resulta ineficaz, recuerdan los científicos, cuando se tienen en cuenta estos terribles efectos secundarios del tabaco.

dE: abc.es 

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