Samia Yusuf Omar participó en Beijing 2008 y se hizo conocida por su mala performance en los 200 metros. Ayer, el presidente del Comité Olímpico de su país anunció su fallecimiento al naufragar el barco en el que intentaba cruzar a Italia
Somalía es un joven país africano de los más pobres del mundo, con pocos recursos naturales, y afectado por una fuerte división interna que, desde su independencia en 1960, terminaron en una feroz guerra civil.
Si bien hay un acuerdo para formar gobierno y votar una constitución, desde julio de 2011 atraviesa una de las peores crisis alimentarias de su historia por la sequía, con más detres millones de personas en riesgo de muerte por desnutrición.
De esta situación quiso huir Samia Yusuf Omar, una corredora que con 17 años participó de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 siendo la abanderada de su país es esa cita. Sin embargo, pasó a ser recordada por llegar última a más de 10 segundos del resto de las corredoras en la competencia de 200 metros.
En esa ocasión la atleta, sin embargo, consiguió su mejor récord personal, y fue ovacionada de pie por el público presente en el Estadio Olímpico.
Yusuf, campeona africana de 100 metros, se fue orgullosa con sus 32 segundos. "Ha sido una experiencia bellísima, he portado la bandera de mi país, he desfilado con miles de atletas del mundo", dijo tras su experiencia.
Luego de ese certamen, la joven volvió a Mogadiscio, capital de Somalia, con el objetivo de clasificarse para Londres 2012, pero no pudo repetir sus marcas y quedó afuera.
Ya sin posibilidades de crecer deportivamente decidió emigrar a Italia, para eso su madre tuvo que vender un pequeño terreno y explicó que lo hizo para que su hija pudiera escapar del hambre y la guerra. Samia era la mayor de seis hermanos y su padre murió en uno de los enfrentamientos bélicos.
Ayer, el presidente del Comité Olímpico Somalí, Abdi Bile, oro en los 1.500 metros en el Mundial de Roma del 87, confirmó que la joven murió cuando la patera en que viajaba naufragó, tratando de llegar a Italia para continuar con su carrera deportiva.
Samia había emprendido en Libia su viaje en una pequeña embarcación, con el objetivo de poder entrenarse en el país europeo. Su entrenador, Mustafa Abdelaziz, explicó que quiso prepararse en el Estadio Olímpico de Mogadiscio pero éste estaba en ruinas.
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