Según la Office of Naval Research (ONR), los videojuegos tienen beneficios para los adultos, ya que incrementan su capacidad de procesar información y sus habilidades a la hora de resolver problemas.
Uno de los científicos a cargo de los estudios, el Dr. Ray Perez comentaba en un podcast que los que juegan a los videojuegos tienen entre un 10% y un 20% más capacidad cognitiva y perceptiva que la gente que no lo hace.
Estos estudios por supuesto, al ser parte del sector militar, están destinados a aumentar la eficacia de sus soldados a la hora de plantear estrategias de combate, pero también se aplican a la población en general.
Los videojuegos incrementarían lo que los investigadores denominan "inteligencia fluida", es decir la capacidad de adaptarse, crear tácticas y resolver problemas nuevos para los cuales no se cuenta con experiencia o preparación previa.
Años antes se creía que esta era innata, pero en el último tiempo, con los avances en el campo de la llamada "plasticidad cerebral", se cree que actividades como estas incrementan la memoria a corto plazo y la percepción sensorial.
Aún falta determinar los mecanismos neuronales subyacentes, pero empíricamente esto está comprobado. Este aumento en la capacidad cerebral luego puede transmitirse a otras tareas diferentes a las de jugar frente a una consola y esos son los efectos que a los científicos más le interesan.
En el caso de los niños, el planteo es similar. Detrás de esos juegos, que para muchos les "pudre la mente", podrían esconderse beneficios a futuro en lo que respecta al planteo de estrategias y resolución de problemas. En los Estados Unidos, los test de inteligencia tradicionales cada vez se resuelven mejor, porque las mentes de los niños trabajan mucho más rápido y pueden analizar los planteos en forma más acelerada.
Extrapolado al ámbito laboral, estas habilidades podrían ser útiles en un futuro no muy lejano cuando los ahora niños deban tomar decisiones de un momento a otro, y más con las presiones en cuanto a efectividad y resolución en poco tiempo que los profesionales padecen hoy en día.
Uno de los científicos consultados aclaró que sí dejaría jugar a sus niños videojuegos, aunque probablemente no de los violentos, pero si se da el caso, algún provecho sacarían de ello.
Fuente: ojocientifico.com
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