Nunca es tarde para dejar de fumar, pero si es mujer y aún no ha
cumplido los 40 años podría aumentar diez años su esperanza de vida. Esta es
una de las conclusiones de uno de los estudios más potentes que se han
realizado sobre los efectos del tabaco en el sexo femenino. Aunque los
resultados se podrían trasladar a los varones. «Tanto los hombres como las
mujeres que dejan de fumar antes de llegar a la mediana edad pueden ganan un extra
de diez años de vida», advierte Richard Peto, autor principal de la Universidad
de Oxford
La investigación, que se publica en la revista médica «The Lancet», ha seguido a más de un
millón de mujeres durante quince años y ofrece el primer análisis
detallado de los estragos del humo en la salud femenina.
El estudio deja claro que la edad de inicio es clave. Cuánto
más pronto se comienza más posibilidades hay de desarrollar un cáncer o
enfermedades pulmonares y cardiovasculares. También acaba con creencias
populares, como que las consideradas fumadoras «sociales» apenas asumen
riesgos. Algunas de las participantes que fumaban un solo cigarrillo al día,
duplicaron las posibilidades de morir.
Un solo cigarro al día
Estos resultados
llegan cincuenta años después de que un médico británico relacionara por
primera vez el cáncer de pulmón con el tabaco. Pero lo hace en un momento en el
que ya se puede observar en directo el daño del tabaco en la primera generación
de mujeres fumadoras, aquéllas que en la década de los 40-50 empezaron a fumar
en los países industrializados. Ahora esa información puede ser clave para
diseñar campañas de salud pública, dirigidas específicamente al colectivo femenino.
Del millón de
mujeres que participaron en la investigación, el 20% eran fumadoras, el 28%
exfumadoras y el 52% nunca había fumado. Dos terceras partes de todas las
muertes de fumadoras entre los 50 y los 70 años de edad estaban relacionadas
por enfermedades vinculadas directamente con el tabaco: cáncer de pulmón,
enfermedad pulmonar crónica, cardiopatías o infartos y hemorragias cerebrales.
Los riesgos aumentaban considerablemente con la cantidad fumada, pero las tasas
de mortalidad se duplicaron en las mujeres que solo fumaban un solo cigarrillo
al día cuando se compararon los resultados con las no fumadoras.
La edad en la que
se enciende el primer cigarrillo también afecta a la esperanza de vida.
Aquéllas que empezaron en la adolescencia, en torno a los 15 años, tenían más
posibilidades de morir que las que lo hicieron solo cuatro años más tarde. El
comienzo precoz eleva las posibilidades de morir por cualquier enfermedad
relacionada con el humo del tabaco, pero sobre todo por cáncer de pulmón.
Cuanto antes
El estudio muestra cómo los años de adicción afectan al deterioro de la
salud y, al mismo tiempo, cómo dejarlo cuanto antes consigue mayores beneficios
en la esperanza de vida. Las que apagaron su último cigarrillo a los 30
años evitaron en un 97% el riesgo de muerte prematura, y aunque el
riesgo continuó siendo excesivo durante décadas entre aquellas que fumaron
hasta los 40 años, el mayor riesgo recayó entre las que siguieron fumando
después.
En un comentario
que acompaña a este estudio, la profesora Rachel Huxley recuerda cómo durante
años se han subestimado las consecuencias del tabaquismo en la población
femenina. «Estos resultados demuestran los importantes beneficios de dejar el
tabaco y deberían animar a poner en marcha políticas de control específicas
entres el sexo femenino».
dE:
abc.es
0 comentarios:
Publicar un comentario