Una estudiante de sociología,
Kjerstin Gruys, decidió que durante
un año evitaría verse en un espejo para
así aumentar su autoestima y
sobre todo concienciar a la sociedad que no es importante la apariencia
física.
Es difícil no mirarse al
espejo porque vivimos en un mundo que está lleno de superficies brillantes.
¿Quién no se ha mirado alguna vez en un escaparate o en un retrovisor del
coche?
Pues
esta chica de 29 años lo
ha logrado. Tapó el espejo del baño para
poderse lavar los dientes y la cara sin tener que verse.
Además, aprendió a maquillarse sin
necesidad de un espejo y también consiguió ir
en el coche sin verse en los retrovisores. Dice que al
principio fue complicado, pero que se adaptó rápidamente
al experimento. También ha confesado que en realidad los espejos no son tan
importantes como la mayoría cree.
Kjerstin ha dicho que después de mucho tiempo sufriendo
trastornos alimenticios y de ser voluntaria en una organización que ayuda a
mujeres con problemas con la apariencia física quería probar vivir sin verse en
un espejo y centrarse en otras cosas más importantes
de su vida.
dE: quecanteo.com
2 comentarios:
Mejor se hubiera visto en las ventanas, ahora esta como una vaca....
Que vieja mas mentirosa: seguro le cortaron el cabello y se los tineron de espalda... y el rimel se lo puso la mama....Pura envidia de las flaquitas bonitas.
Publicar un comentario