La
placa tectónica bajo el océano Índico está dividiéndose en dos, un fenómeno que
provocará nuevos terremotos como los registrados
en Sumatra en abril, que
alcanzaron los 8,7 y 8,2 grados en la escala de Richter, informó ayer la
revista científica «Nature».
Hace
casi cincuenta millones de años, la placa Indo-Australiana comenzó a escindirse
en dos o incluso tres pedazos, en un lento proceso que los sismólogos ya
conocían. Esta ruptura estaría detrás del terremoto de 9,2 grados con epicentro
en Banda Aceh en diciembre de 2004 y el posterior tsunami que provocó 228.000 víctimas en el
sudeste asiático,así como de los dos seísmos que hicieron
temblar en abril pasado las costas de la isla indonesia de Sumatra.
«La
actividad sísmica entre India y Australia era ya significativa antes de los
movimientos de abril de 2012, pero se ha acelerado considerablemente desde
el terremoto de Banda Aceh(Indonesia) en 2004», afirmó a Efe
Matthias Delescluse, investigador de la Ecole Normale Supérieure de París.
«Ahora
nos damos cuenta de que la deformación de la placa entre ambos países puede
originar terremotos monstruosos de una magnitud nunca registrada antes»,
añadió Delescluse, autor principal de uno de los tres artículos que recoge
«Nature» y que analizan las causas y consecuencias de ambos seísmos, junto a
Thorne Lay, de la Universidad de California, y Fred Pollitz, del US Geological
Survey.
Según
los investigadores, aún no existe una frontera clara que divida a la
placa, pero posiblemente surgirá entre el oeste de Sumatra y el
sudeste de la India.
El
primer terremoto, de 8,7 grados en la escala de Richter, fue provocado por la
aparición de al menos cuatro grietas en la placa, en tan sólo 160 segundos. El
temblor se sintió desde la India hasta Australia, incluido el sur y sudeste
asiático, y fue seguido dos horas después por un segundo seísmo, de 8,2 grados.
«Nunca
habíamos visto un terremoto como este. Es parte de la ruptura desordenada de
una placa. Es un proceso geológico que llevará millones de años hasta que se
forme la nueva frontera y, probablemente, requerirá miles de terremotos de
similares magnitudes para
que eso suceda», subrayó Keith Koper, sismólogo y co-autor de uno de los
textos.
A
diferencia del seísmo de Banda Aceh en 2004, los terremotos de abril no dieron lugar a un gran tsunami pese a su elevada
magnitud, ya que fueron provocados por movimientos horizontales de fallas
oblicuas, y no hubo apenas víctimas al producirse mar adentro, lejos de la
costa.
En
los seis días siguientes a ambos terremotos, el número de seísmos en la región
con magnitudes superiores a 5,5 grados se multiplicó por cinco, y llegaron a
producirse hasta a 1.500 kilómetros del epicentro de los dos primeros.
dE: abc.es
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