La migraña se caracteriza por un dolor de cabeza intenso acompañado
por síntomas como fotofobia, náuseas, vómitos, alteraciones visuales,
irritabilidad, entre otros.
Estos cuadros, que suelen presentarse varias veces al mes y
durar horas (hasta días), aparecen de manera súbita, aunque factores
como estrés, mala calidad de sueño o el consumo de ciertas sustancias también
son influyentes. La mayoría de casos se desarrollan antes de los 30 años de
edad, más en mujeres que en hombres(la relación es de tres a uno).
Según Eduardo Juárez, neurólogo de la clínica Javier Prado, hay
tipos de migraña que son más peligrosos.
“La migraña compleja se caracteriza por presentar déficit focal.
La persona pierde fuerza en un brazo o en la mitad del cuerpo, sentir
adormecimiento o presentar olvidos. En ciertos casos, esto deriva en
infarto cerebral”, asegura el especialista.
PREVENCIÓN
La migraña no tiene cura y no se sabe
cómo se origina, pero sí existen formas de tratarla. Una de ellas consiste en
llevar una alimentación adecuada, hacer ejercicio, evitar el estrés, la luz
solar y los ruidos. En cuanto a las medidas farmacológicas, están los
medicamentos preventivos (betabloqueadores, por ejemplo) y aquellos que calman
el dolor una vez presentado el episodio.
Asimismo, la participación del paciente es vital para
obtener mejores resultados. “La persona debe identificar los estímulos que
desencadenan la migraña y establecer una escala de dolor. Se sugiere tener un
diario y anotar las incidencias, a fin de enriquecer el diagnóstico del
especialista”, anota Juárez.
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