Hay dos
teorías que explican el cambio de nombre del nuevo papa. Una afirma que esta
tradición se basa en el pasaje del Evangelio sobre el cambio de nombre que
Jesús le hizo a Simón. Otra señala el precedente de dos Papas de los siglos VI
y X, que hicieron este cambio porque tenían nombres de dioses paganos.
Mientras en
la Plaza de San Pedro los fieles esperan ansiosos la clásica fumata blanca,
dentro de la Capilla Sixtina ya hay un elegido que tras ganar la votación, ha
aceptado ser el nuevo papa. Entonces, el decano del Colegio
Cardenalicio le pregunta: "Quo nomine vis vocari?", es decir,
"¿cómo quieres ser llamado?". Así quien ha entrado como
cardenal en el cónclave, y ahora sale como papa, desvela qué nombre va a usar
durante su Pontificado.
Lo habrá
elegido en homenaje a uno de sus antecesores o a un santo de su devoción.
También ha podido optar por la versión latinizada de su propio nombre. El
número romano que llevará a continuación será las veces que ese nombre ha sido
utilizado.
¿Pero por
qué el papa cambia su nombre? Hay dos teorías. La primera, más religiosa, dice que
esta costumbre se inspira en un pasaje de la Biblia sobre el cambio de nombre
que Jesús le hizo a Simón (Mateo 16, 13-19): [...] Entonces le respondió Jesús:
Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni
sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo también te digo, que tú eres
Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia [...]. Otra hipótesis defiende
que el origen de esta tradición podría estar en la decisión de dos papas, de
los siglos VI y X, que hicieron este cambio porque llevaban el nombre dioses
paganos.
Entre los
nombres preferidos por los papas a lo largo de la historia están Juan, 23
veces; Gregorio, 16 ocasiones y Benedicto 14. 13 papas fueron Clemente durante
su Pontificado y ha habido 12 Píos. Paradójicamente nunca un papa ha
llevado el nombre de Pedro, el primer jefe de la Iglesia Católica.
dE: cadenaser.com
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