Kelly Hughes,
de 30 años, es adicta a las camas solares desde los 16.
A través de
un escáner de rayos ultravioletas ahora ha podido ver el daño que esta práctica
está haciendo en su piel.
Mediante un
novedoso aparato de rayos ultravioletas que fotografía la piel, se ve el daño
extremo que las máquinas de rayos uva producen en la piel de quienes usan estos
aparatos.
Las
fotografías se están difundiendo para concientizar a los jóvenes sobre los
peligros de esta práctica.
Una larga
exposición al sol o la utilización continua de cabinas solares son el principal
factor para el cáncer de piel. Por ello debemos actuar antes de que el daño sea
irreparable y cuidar al máximo la epidermis.
En declaraciones
al diario Daily Mail, Kelly Hughes afirma: “estas fotos realmente me hacen
pensar, me ha dado miedo. Ya no voy a camas solares desde hace tiempo, ni si
quiera fui para Navidades y eso que siempre he estado obsesionada con tener un
bonito tono de piel”.
dE: contexto.com.ar
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