Morris Michtom, de origen ruso, era propietario de una pequeña tienda de golosinas y juguetes en Brooklyn, New York.Cuando el día 18 de noviembre de 1902, vió en el periódico Washington Evening Star, la viñeta política de Clifford K.Berryman en la que aparecía el Presidente Theodore Roosevelt y un oso negro, su imaginación de fabricante de juguetes y muñecos se pusó en marcha.
Su iniciativa tuvó un éxito arrollador, todo el mundo se paraba a ver su escaparate.
Fue tal la avalancha de pedidos, que se las vieron y se las desearon para atenderlos todos.
Al mismo tiempo, Morris Michtom decidió enviar un regalo especial al Presidente de su país, uno de sus ositos de felpa con el que le hizo llegar una petición. Deseaba su permiso para llamarle Teddy como homenaje a su caballeroso gesto.
Según dicen, la contestación no se hizo esperar: “No creo que mi nombre vaya a ser de gran ayuda para su oso de trapo, pero en cualquier caso tiene usted mi permiso para utilizarlo“.
Dado que no se ha conservado ninguna de las cartas los hechos no pueden ser verificados. Es sencillamente lo que cuenta la voz popular.
Fuente: losositosteddy.wordpress.com
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